Fuerte, claro y directo, así es Wayo, de lengua libre y de talento independiente. Alza su propia bandera en medio de la adversidad para ganar su propia batalla. Lleva ya 15 ediciones compartiendo su música en vivo a través de las redes sociales, integrando a su familia y a sus más íntimos seguidores. Porque “La Música Une”, es su emblema, su distintivo y su marca de lucha. En esta entrevista, Wayo propone y da luces de la madera con la que ha sido construido.   

Por Carlos Huamán 

¿Cómo vives este trance por la pandemia a nivel creativo?

La cuarentena me tomó por sorpresa en pleno inicio de la grabación en Barracuda Studio de mi séptimo disco "A pulso" y si bien tenía una idea clara del concepto, esta se ha visto afectada por la coyuntura, he seguido componiendo pero también he aprovechado para revisitar mi discografía a manera de entender mi proceso, de ahí está saliendo cada viernes 8pm el 'Compartir Acústico' en simultáneo por mi página de Facebook e Instagram, siempre en vivo y en directo desde casa y ahora el primer viernes de cada mes desde el escenario de Rock and Pez.

¿Cómo avizoras el futuro musical luego de esta coyuntura?

Tuvimos la oportunidad de conversar cuando todo esto iniciaba y recuerdo comentarte que al menos durante los próximos meses nuestra realidad sería completamente virtual. Hoy corresponde reinventarnos y generar nuestro sustento desde ese plano, el esfuerzo es doble pero los músicos tenemos el espíritu siempre en alto y estamos acostumbrados a ir a contracorriente y sabremos salir adelante. Lo que vendrá tendrá mucho que ver con la necesidad de integrarnos para proteger nuestros derechos y medios de trabajo, sin egos, ni estrellatos, sino con la convicción clara de que es urgente y necesario unirnos para significar una fuerza desde lo creativo y económico. Esa falta de representación es la que hoy nos tiene al último de la fila en cuanto a la reactivación laboral.

“La Música Une” fue un encuentro que realizaste vía streaming con músicos y agentes vinculados a la industria ¿Cuál es tu propuesta para enfrentar la crisis del sector?

Este encuentro nació por la inquietud de darle voz a quienes forman parte esencial de nuestro oficio y que muchas veces no son reconocidos o no tienen un micrófono a mano para decir lo que sienten, piensan o necesitan y es que cuando se habla de música sólo se considera a las bandas, solistas y a las canciones pero no a quienes desde adelante o detrás permiten que todo funcione y/o exista y eso va desde los técnicos, ingenieros, luminotécnicos, luthiers, hasta los docentes y productores. 'La Música Une' es más que una frase integradora, es un proyecto educativo que pasó a la acción para reunir a varios actores del ecosistema musical, que en un primer evento iluminaron el camino y llevaron un poquito de ilusión a quienes hoy estamos en un limbo laboral. Cada uno, desde su experiencia, buscó transmitir a otros colegas ideas de trabajo para realizar desde casa. Mi propuesta es y será la integración como principio para crecer.

¿Qué actitud crees que debe tener el músico peruano frente a todo esto?

La misma que ha mantenido siempre: luchar por su sueño, trabajar y seguir trabajando. Somos lo que hacemos, creamos, tocamos y cantamos. No es momento de bajar la guardia ni la actitud, debemos seguir adelante y en pie, considerando que sí es posible compartir y colaborar para continuar haciendo camino.

Desde tu punto de vista ¿Qué estrategias se deben crear para reactivar el sector?

Nuestro sector debe buscar unirse y asociarse para tener representatividad ante el gobierno, como es el caso de los restaurantes. Al estar tan desunidos no tenemos poder de negociación ni la forma correcta de presentar propuestas. Lamentablemente, el Ministerio de Cultura es un elefante blanco, está de adorno o para servir a su argolla, entonces no representa a nadie o en todo caso a muy pocos. Las sociedades de gestión tienen un fin lucrativo, no necesariamente representan a todos por igual, entonces quizá una asociación autogestionaria sea el camino para ordenar, organizar y empadronar a los músicos que busquen proponer y fomentar el trabajo musical y no sólo el beneficio monetario. He compartido esta idea a colegas y amigos, el proceso es otra historia, un camino de largo aliento, veamos si se llega a concretar.

En tu trayectoria discográfica hay una dualidad de luz y oscuridad creativa ¿Cuál es el matiz que vas a seguir cuando pase la tormenta?

Esta situación está afectando el plan inicial. En "A pulso" quería que mi proceso compositivo y de grabación sea casi simultáneo, buscaba esa inmediatez de componer, mostrar el material a mis músicos en el ensayo y prácticamente entrar a grabar con las ideas y arreglos frescos. Mi temática iba hacia un lugar más sombrío, por elección y por necesidad de expulsar algunos sentimientos, ya que mis últimos discos habían rozado la luz que mencionas y que empecé a buscar desde que grabé "Resistiré" en el 2008 y seguí abrigando con "Hoy puede salir el sol" (2011), "En el camino" (2015) y "¡Vámonos!" (2017); lo que sé es que lo que saldrá será honesto y con el único fin de seguir aprendiendo a hacer canciones y ser feliz a través de ellas y si a alguien acompañan en su camino de vida será una misión cumplida.

De tus tres giras por Europa ¿Que reflexiones se han producido en este tiempo?

Cada viaje fue distinto en condiciones y experiencias, lo maravilloso para mí sigue siendo el poder que puede generar una canción y una frase que acuñé en una de ellas: "todo pensamiento es realidad" (¡Vámonos!). Primero por la ilusión de cumplir un sueño, segundo por la oportunidad de hacer valer la canción propia hoy más que nunca que la música se llena de monocordes y fotocopias y como tercero, en la posibilidad de vivir de mi sueño y trabajo. He conocido gente increíble que te da una mano, una oportunidad de trabajo, su amistad y hasta su casa simplemente a cambio de realizar un trabajo honesto, comprometido y profesional; ese es el reto principal, estar siempre a la altura. Mis reflexiones sobretodo durante el último viaje fueron acerca de la soledad, la importancia de la familia, del valor de hacer lo correcto y del sentido de vivir haciendo lo que me gusta hacer. Hoy, en esta distancia y encierro, podría agregar un análisis sobre nuestra idiosincrasia, lo mucho que nos falta apreciar la belleza y sobretodo a las personas. Aquí presuponemos que todos son malos, la crítica es deporte nacional, todos saben cómo se hace pero no hacen nada. Yo sigo avanzando, soy creyente de que la música está por encima, incluso de quienes la creamos, y que ese poder puede llegar a generar cambios en la educación y autoestima de todos ¡La música une!